Un ojo al gato
La PROFECO lanzó la advertencia a los comerciantes que no se quieran pasar de lanza porque le está poniendo marcaje personal, para que no le quieran clavar los dientes a la clientela ni se desquiten de sus problemas y enojos con los pobres que necesariamente tienen que caer en sus garras, surtiéndose de lo indispensable para comer, pasar los días o medio vivir. Es bueno que la PROFECO se ponga las pilas, porque además es su obligación y para eso la crearon, para que defienda al sufrido consumidor.
Si bien es cierto que hay problemas de circulación en las carreteras de Chiapas para transportar los productos a los centros de abasto, no se justifica que frutas y verduras que se cultivan y cosechan en Suchiapa o en Chiapa de Corzo los quieran vender como si los trajeran de Europa o del norte del país. Ahora es cuando la PROFECO y las autoridades deben demostrar que están del lado de los consumidores y de la gente que a duras penas les alcanza para obtener lo mínimo necesario de la canasta básica.
Y así como la PROFECO ha confirmado su compromiso de defender a los consumidores de los voraces comerciantes, así otras instancias del gobierno federal deberían demostrar que en los momentos más difíciles están dispuestas a jugársela con la gente, como es el caso de Caminos y Puentes que en lugar de estar desalentando a los viajeros, debería exentar de pago a todos los que se aventuren a pasar por esa vías que las cobran como si fueran autopistas o supercarreteras y en realidad son caminos de extravío.
La solidaridad con la gente, la ayuda humanitaria, no debe quedarse en el discurso, en las buenas intenciones o en la demagogia pura, sino en las acciones. Sobre todo, si se trata de instancias de gobierno que fueron creadas ex profeso para defender al consumidor, dar servicios a la gente, proteger la economía familiar o procurar el bienestar común, la seguridad o la protección civil. Hacerlo, pues, es una obligación de ley, más que ética, cumplido o dádiva de los funcionarios públicos hacia el ciudadano común.
--Los que están sudando frío y pasando las de Caín sin deberla ni temerla, son los regidores que son llevados al baile de a gratis y por culpa de los señores alcaldes irresponsables.
Resulta que la reforma a la Ley Orgánica Municipal incluye a todos los miembros del cabildo en las responsabilidades.
Eso en el papel, en la realidad el alcalde es que hace y deshace.
Los regidores son convidados de piedra y a lo mucho les dan a oler la paga.
El problema es que en la nueva Ley Orgánica Municipal por igual se les sanciona y háganle como quieran.
Y los que se siguen rascando la panza, porque son los que parten es pastel, son los alcaldes.
Para ellos una multa de 25 mil pesos incluso la pueden solventar con paga del erario.
Pero los regidores no; tendrán que recurrir al préstamo, caer en las garras de los usureros, para pagar.
Pues ni modos, les pasó lo del gallego que se encontró un maletín lleno de pagarés.
Lo fue pagando poco a poco, como pudo.
¡Uuurro!
Los pobres regidores tendrán que hipotecar hasta su risita del poder que nunca tuvieron.
--El caso de los taxistas de Comitán no tiene nombre.
Se olvidan que también son concesionarios y que cuando les dieron su concesión no hubo ojetes que se opusieran a que se los dieran.
¿Ydai, dónde quedó la cordura?
Y a final de cuentas, la facultad de dar una concesión, dos o las que se le hinchen, es del gobierno.
Los taxistas lo que deben hacer es dar un buen servicio y dejar de andarse con chingaderas.
Porque se les recuerda que así como el gobierno tiene la facultad de dar concesiones, también tiene la facultad de quitarlas.
Así que no le andan rascando la panza al tigre ni exponiendo la vida de la pobre gente que tiene que viajar.
Ya estuvo bueno que unos cuantos se tomen atribuciones que no le corresponden.
Si el trabajo de taxista ya no es rentable que se busquen otro trabajo, pero no pueden prohibir que nadie más obtenga una concesión.
Ya parecen los concesionarios de la radio que sólo ellos quieren estar en la mamazón.
Si son tan chingones que se abran a la competencia y que trague más pinole el que tenga más saliva.
--Aunque los pronósticos al principio daban por hecho que en octubre en Chiapas llovería más de 50 por ciento, eso ha variado.
Ahora los pronósticos dicen que lloverá 15 por ciento más de lo normal, lo cual no deja de ser preocupante.
Hay que llevársela tranquila y no creerse eso de que lo peor ya pasó y ahora vienen puras lloviznas.
Lo mejor es tomar las precauciones y seguir las recomendaciones de las autoridades de protección civil.
--Por cierto, los ayuntamientos deberían exigir garantías a las constructoras que les dan las obras de bacheo o pavimentación de calles.
Es tan pobre el mortero o el asfalto que cualquier borracho se convierte en un peligro para las calles.
Y se convierte en un peligro no porque sea agresivo, vulgar o delincuente, sino porque al orinarse abre hoyos al piso.
No es posible que con una simple orinada se le haga un bache al pavimento.
De ahí que al proliferar los bolos proliferen también los baches por todas las calles.
¿O se garantiza mortero o asfalto bueno o se dota de bolsitas de plástico a los bolos para no orinar directo al suelo?
Sólo así se evitarían tantos baches.
--El peje estará en Chiapas el sábado evaluando su estructura de campaña para la grande del 2012.
Habría que preguntarle al peje si, como dice el bolencón de Jalisco, a él también le dan asquito los matrimonios entre el PRD y el PAN.
Tal parece que así es porque en el Estado de México ya dijo que ni madres va a apoyar una alianza entre esos dos partidos.
¿Será que esa lógica prevalecerá hasta el 2012 para todos los estados, incluido Chiapas?
Capaz que aquí se eche la volada de mandar a Enoc Hernández Cruz a la gubernatura o ya de perdis al goldo Berlán.
--Los de la UCD están pegando el frito porque en Tapachula están siendo asegurados carros chocolates.
¿Qué querían, pues, que les aplaudieran o erigieran una estatua por violar la ley?
Además, que ni se quejen porque lo que deben estar haciendo es agarrar los carros chocolates para llevarlos al Festival Eourochocolate 2010.
Una vez pasado el festival podrían recuperar sus carros y seguir tan campantes circulando fuera de la ley.
Que otros, los zonzos, paguen sus impuestos, porque ellos ni pagan ni pagarán, como dice don Teofilito.
Y no sólo no pagarán, sino que continuarán dando placas y permisos como si fueran autoridad para ello.
--El protagonista de una canción de Rigo Tovar al parecer ya ahuecó el ala y ahora anda con su papito pidiendo chichi.
¿Ydai, no que muy chingones e influyentes?
¿No que se movía como pez en el agua en las altas esferas del poder o era pura baba de perico?
La mera verdad es que nunca tuvieron los pelos de la burra parda en las manos, pero espantaban con el petate del muerto.
Hasta quisieron pasarse de lanza, jugar a los perversos políticos, a los Maquiavelos y resultaron con una patada en las nachas.
--Haber qué tan chingón es usted para encontrar la respuesta correcta.
¿A qué fulano azucarado de gran cabeza le quitaron todos sus privilegios y ahora anda echando pestes contra su hermano?
¿Ya dio usted? ¿Necesita una ayuda?
Bueno, ahí le va un norte.
El sobrino de este Zucaritas también le quitaron su juguetito con el que jugaba a las carreras por las calles de Tuxtla.
¿Todavía no da?
Un datito más.
El azucarado de marras no es santo de la devoción de nadie pero despacha en San Carlos.
--De última hora, que ya se acabó la emergencia, que ahora sí viene el descabezadero, que llegan las sorpresas.
Que unos se irán llorando la hermosa vida y otros ni a pedir calabacita, tía, querrán salir.
¿Tan cabrona estará la cosa?
Que otros más se vestirán de brujas, saldrán de muertos o nadarán de a muertito, para salvar el pellejo.
--AVISO INOPORTUNO.
Se aclara que Moisés Ramírez no es el chofer del delegado del PRD en Tapachula, él es el delegado. Sin comentarios.
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