El pez por la boca…
Llegó a Chiapas el secretario del Medio Ambiente, un tal Elvira Quesada, a decir que si el estado conservara sus bosques no estaría sufriendo lo que ahora sufre con las lluvias, porque son consecuencias de lo que se ha dañado al ambiente y en parte tiene razón, pero en casi todo no. Más honesto habría sido que hubiera dicho que con delegados de Profepa y Semarnat como los que han mandado a Chiapas en los últimos años la cosa pinta para el carajo, porque no hacen nada ni se inmutan ni les interesa lo que pasa.
Si bien es cierto que la contaminación es lo que ahora está cobrando la factura la madre naturaleza o el señor de las alturas, también es cierto que el diluvio que cae sobre Chiapas no es culpa sólo de los chiapanecos ni del gobierno, sino que es efecto de lo que en todo el mundo se hace para partirle el quecho al ambiente, con el efecto invernadero debido al calentamiento global en el que todo mundo, desde el más encumbrado hasta el más humilde cuando quema su milpita, contribuye con su granito de arena.
Lo que encabrona es que venga un ignorante del PAN a decir que los chiapanecos son los únicos culpables de que el mundo esté de cabeza y llueva donde nunca ha llovido, caiga nieve donde hacía un chingo de calor y que donde era frío ahora sea un infierno. Habría que empezar por los funcionarios federales en materia ambiental, que se pongan a chambear, a desquitar su salario y no que se vengan a aplastar en sus oficinas a disfrutar de la vida de delegado y ni se mosqueen porque afuera está ardiendo Troya.
Chiapas juega un papel importante en materia de conservación y de reforestación y eso deberían reconocer los enviados de la Federación. Pa' empezar el amplio y ambicioso programa de reconversión productiva no sólo tiene que ver con la diversificación de cultivos, sino fundamentalmente con la plantación de árboles que al mismo tiempo producen frutos más rentables, pero que representan una reforestación masiva en todo el territorio chiapaneco. En el otro extremo, los funcionarios del medio ambiente se rascan la panza.
--Uta, no cabe duda que la búsqueda para justificar la güeva y la mediocridad no tienen límites y eso lo demuestran alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNACH.
Ayer salieron con la jalada que el aumento de horas de clases es parte de la política de privatización de Felipe Calderón.
Que no mamen.
¿De dónde sacan semejante estupidez?
Lo que pasa es que los muy güevones ya se habían acostumbrado a nomás ir cuatro, sí, cuatro horas a la clases por día.
El encabronamiento es porque este semestre se subió a ocho horas de clases diarias.
¿Ydai, no que muy estudiosos y comprometidos con la educación?
Si fueran luchadores sociales, demócratas, de izquierda, deberían estar agradeciendo que les den más horas de clases.
Pero como les encanta el choro, el bluff, las apariencias de andrajosos y sucios pa' que digan que son revolucionarios, les molesta que les den más clases.
No tiene nada de privatizador que por los mimos pinches pesos que pagan cada semestre les den más clases.
Y todo lo que digan no tiene sustento y cae en la argumentación de los güevones para no estudiar como se debe.
No estaría mal que pregunten con los de Arquitectura, con los de Medicina o de otras facultades cómo se rajan el cuero para pasar los semestres.
Caso ser universitario es andar de mugroso, de fachoso, con el pelo largo, sin bañarse de días y de huaraches, pues.
Para ser algo en la vida, para cursar la universidad, hay que partirse el alma, rajarse el cuero y chingarse estudiando.
La mariguanita, los tragos y las discusiones eternas a favor de la izquierda y contra el neoliberalismo, son pa' los que se clavan en la improductividad.
A menos que el objetivo final sea aparecer luego como ONG o integrante destacado de la sociedad civil y cachar dólares del extranjero.
--Habitantes de Huixtla han denunciado con insistencia que su alcalde, el hermano de Boca Chula Lugardo, se hace ojo de hormiga.
Que desde antes que empezaran a caer los porrazos de agua le solicitaron apoyo de protección civil, pero ni los peló.
Ahora, con el agua hasta el cuello, siguen clamando apoyo, pero nomás no los pela el tronco de alcalde.
¿Qué esperará pues el pillo Lugardo para asumir su responsabilidad y lanzarles el lazo a sus gobernados?
No vaya a ser que un día de estos a quien le tiren el lazo, pero para mancornarlo, sea el hermano de Boca Chula.
Es que la neta la gente tiene toda la razón de estar encabronada porque no hace nada para proteger a la población.
A lo mejor todavía no digiere la derrota de su hija y piensa que dejando a la gente a su suerte es como se desquita.
Pero hace mal porque a él lo eligieron como autoridad de Huixtla, no como jefe de campaña de su hija.
Que ya trepados en el poder pensaron que iba a ser muy fácil meter a la hija de diputada, es otra cosa.
Es hora que vuelvan a la realidad, se dejen de bobadas y asuman su responsabilidad en la alcaldía o que se vayan al carajo.
Sin embargo, hay que admitir que no asumen su responsabilidad y todo Huixtla está a un paso de reventar.
Ahí está por ejemplo el caso del mercado público que, dicen, es una bomba de tiempo.
La irresponsabilidad y la ambición del gobierno en turno en Huixtla han hecho que la anarquía reine en ese centro de abasto.
Es un dineral que a diario ingresa al ayuntamiento por concepto de impuestos del mercado.
Con decirle que nomás del cobro por orinar o zurrar se contabilizan diariamente miles de pesos.
La pregunta es ¿dónde está todo ese dinero?
Y para la respuesta no hay que darle muchas vueltas ni ser un gran investigador o analista para caer en la cuenta en la bolsa de quién está.
El hermanito de Boca Chula sin duda debe dar muchas explicaciones de qué chingaos hace en la alcaldía de Huixtla.
¿O se hace o nomás hace como que hace?
Pero ya estuvo bueno de estarle tomando el pelo a la gente.
--Sin duda que la gente es dejada.
En el distrito electoral de Tapachula sólo 10 por ciento de la población ha tramitado la renovación de su credencial de elector.
De un total de 23 mil electores, sólo 2 mil 300 han acudido a tramitar su nueva credencial.
No faltarán los pretextos para que la gente no haga ese trámite.
Y las inundaciones caen como anillo al dedo para dejar para última hora lo del cambio de plástico.
Mejor que lo hagan cuanto antes porque después andarán llorando que hay mucha cola, que no podrán votar.
Y tratándose del distrito de Tapachula más vale que se apuren, no vaya a ser que algún cachuco les gane la credencial.
--Ahora resulta que la turuta pestañuda es defensor de oficio de Manuel Camacho Solís.
Si tan chingón es Camacho Solís, si le reconoce tantos atributos, ¿por qué no le dio él el Honoris Causa cuando fue rector de la UNICACH?
No se lo dio porque nunca le vio tales atributos o porque andaba distraído en pendejada y media, menos dedicado a la universidad.
Con eso que se sentía gran operador político, andaba más entretenido con asuntos del PRI que del CESMECA o alguna otra área de la universidad.
Pero el punto de su aparición espontánea en este asunto era decir que fue vocal del gobierno local para el cumplimiento de los acuerdos de paz.
--El gobernador Juan Sabines no ha quitado el dedo del renglón y personalmente está recorriendo las zonas afectadas por las lluvias.
Acompañado de funcionarios de su gabinete atiende personalmente las demandas de la gente.
Y ahí mismo en el lugar de los hechos instruye para que se ayude a la gente y se les dé condiciones de dignidad para salir adelante.
Eso habla bien del mandatario chiapaneco porque está atento a lo que pasa a su pueblo.
Sus recorridos tienen el propósito de darle aliento a la población y de demostrar que está de su lado.
Por otro lado, la revisión personal que hace de los apoyos que se destinan a los afectados, garantiza que no haya chanchullo.
Que lo que ordene se haga, porque luego salen algunos vivos que no hacen lo que les dicen o se quedan con los apoyos.
Al hacerlo de manera directa, el gobernador Sabines garantiza que los apoyos llegan a tiempo y completitos.
--AVISO INOPORTUNO.
Para consuelo de la clientela de los Confines, se comunica que esta columna por poco y no aparecía hoy, porque un rayo cayó sobre la casa del confinero y quemó la computadora, la torre de Internet y el poquito de cerebro del susodicho.
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