Intoxicarse de manteca
José Luis Díaz Selvas, que muy pronto sacó las uñas y mostró el cobre, quiere quedarse de largo en la dirigencia del comité sindical de la sección 50 del sindicato de salud, para matar dos pájaros de un tiro: para seguir comiendo tres veces al día y con manteca, y para tapar como los gatos todas sus zurradas, pero ahí está pues que ni el pediatra que lo parió (Zavaleta Ruiz) lo quiere ver ni en pintura, cuantimás que lo toleren los sindicalizados o la dirigencia nacional, donde ya no quieren saber más de él.
Por otro lado, en el gobierno, auque no tenga vela en el entierro ni se advierte que tenga interés en meter su cuchara, de seguro no le agrada que en un sindicato formado por trabajadores de un área muy importante, como es la salud, se enlode y se meta a la dinámica de la confrontación, del chantaje, de la movilización o entorpecimiento de la atención médica de los chiapanecos, sólo porque un fulano malagradecido y ambicioso se empecine en seguir en la mamazón y en la falsa idea del poderoso e irresistible.
En este desmadrito que empieza a hacerse público (con denuncias hasta de la secretaria de finanzas del comité sindical, acusando a Díaz Selvas de hacer mal uso de las cuotas sindicales y otras entraditas, como los regalitos y apoyos económicos de las empresas que venden de todo a los sindicalizados y les cobran un ojo de la cara en intereses), hay un culpable y aunque ahora sea uno de los principales detractores no lo exime de su responsabilidad de haber impuesto y heredado a semejante bestia peluda.
Dice el dicho que tan peca el que mata la vaca como el que agarra la pata y en este caso el autor intelectual que José Luis Díaz Selvas esté haciendo tanto daño en el sindicato de salud, es nada menos que Víctor Hugo Zavaleta Ruiz y aunque ahora nos salga con que su protegido es un bandido y un ingrato, la mera verdad es que eso debió advertirlo antes y no ahora, porque más bien su diatriba obedece a su interés de meterse a la sucesión sindical y no a un sentimiento de arrepentimiento o denuncia sincera.
--El pequeño gigante de la fiscalización piensa que le dora la píldora al respetable público con el cuento que ya está casi al 100 por ciento la cuenta pública de los alcaldes.
Dice el señorcito Blanco Pedrero que nomás cuatro alcaldes faltan por entregar su cuenta.
Ah, y que esta semana lo harían y que los esperarán como agua de mayo.
Pues que los esperen sentados, porque parados se van a cansar.
La pregunta es ¿cuál es el interés de negar una realidad de que la mayoría de los alcaldes son unos irresponsables?
No se le hace ningún favor ni a la rendición de cuentas ni a la transparencia ni a la fiscalización ni al buen ejercicio del gasto público.
Si los diputados dicen una cosa y el pequeño gigante de la fiscalización otra, quiere decir que hay gato encerrado.
O que los diputados están presionando para echarse unos pesos a la bolsa o el señorcito Blanco Pedrero esconde algo.
Lo mejor sería que dijeran estos alcaldes son los morosos, los irresponsables y los que ha valido madres la cuenta pública.
Pero no sólo eso, sino que se iniciarán procedimientos administrativos o penales para que respondan por su ineptitud.
Si al jurar cumplir y hacer cumplir las leyes y la constitución se comprometieron a ser demandados, pues que apechuguen.
Bonito está que se burlen de las leyes, del pueblo y todavía se les alcahueteen sus torpezas.
--Si las carreteras de Chiapas tuvieran puentes tan largos y chingones como los que se van a echar los maestros esta semana, otro gallo nos cantaría.
Nadie mejor que los maestros para encontrar hasta en las peores fechas la manera de ligar un día festivo con otro para alargar los puentes.
Nomás es cuestión de imaginación y de un chingo de ganas de no querer hacer nada, para armarla en grande.
Los maestros, tratándose de echar la güeva lo mismo son guadalupanos, patriotas, revolucionarios, petroleros, madres y hasta devotos de Juan Diego.
No hay impedimento alguno que ponga fin a la alegría y disposición de los maestros de irse de puente.
Es cuestión de fe, dicen.
Lo más seguro es que sea cuestión de adorar a Wilson, el dios de la güeva.
Por lo pronto, a partir de mañana no se les verá el pelo, si bien va, hasta el próximo lunes, aunque lo más seguro es que sea el martes.
--El diputado federal Ovidio Cortazar explicó qué pasaría si se aprueba la reducción del IVA de 16 a 15 por ciento.
De entrada, dice, impactaría en una caída en los ingresos por más de 33 mil millones de pesos en la Recaudación Federal Participable (RFP).
Esta caída, implicaría que las transferencias federales a los estados disminuirán casi 10 mil millones de pesos.
Lo deseable es que ésta disminución en los ingresos federales no se supla con un incremento en el déficit, llámese deuda.
Por otro lado, respecto al discurso que debe bajarse el gasto corriente, el diputado Cortazar dice que ese gasto no necesariamente es malo o indeseable.
Y lo explica por qué:
Ese gasto incluye programas de subsidios, que no es otra cosa que los programas sociales que se entregan a la población.
Están, por ejemplo, Oportunidades, Seguro Popular, 70 y más y el Programa de Apoyo Alimentario, entre otros.
Además, está el pago de pensiones que es una obligación legal que tiene el gobierno federal hacia los jubilados y pensionados.
Si el diputado lo dice es porque lo sabe, pues es secretario de la Comisión de Hacienda e integrante de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.
--¿Ya se dio cuenta usted que las señoras Hillary están como en una mala racha?
Primero fue la Hillary de Oxchuc que metió la pata y muy chingona quiso ser candidata a diputada ella por el PRD y su marido a alcalde por el PRI.
Ni una ni otra, ella se quedó como el chinito milando y su marido arraigado por la muerte de un cristiano en el plebiscito para candidato.
Ahora es la Hillary Clinton la que metió la pata y tuvo que salir en negrito Obama a enmendar la plana.
La señora Clinton dijo que México cada vez se parece más a la Colombia de hace 20 años.
Eso, obviamente, rasgó el sentimentalismo y encendió el coraje de los mexicanos hacia los gringos.
Es que, la neta, ¿a quién chingaos se le ocurre trastocar el nacionalismo mexicano en plena celebración del bicentenario y centenario?
Y luego que no salgan las Hillarys con que a chuchita la bolsearon o que son victimas de una reprimenda gratuita.
Eso les pasa por no escoger el momento para decir o hacer sus deslices.
--No cabe duda que el Centro Estatal de Control de Confianza Certificado, que comanda Pedro López Ayanegui, es una chingonería.
No es una oficina más, sino una instancia donde se certifica que el personal que tiene que ver con seguridad, sea de confianza.
Los controles de confianza son filtros al que personal de seguridad, custodia, tránsito, caminos y municipios que lo requieran, debe someterse.
Este año se espera concluir con 3 mil exámenes y el próximo aumentar la cifra a 6 mil exámenes.
Eso habla del compromiso del gobierno de Juan Sabines con la certificación de la gente que trabaja en área de seguridad.
Bien por el gobierno de Sabines y bien por el maestro López Ayanegui que ha dado vida a una institución que da confianza.
--Por cierto, hablando de confianza y del gobernador Sabines, ayer anduvo por el mercado Los Ancianos.
En un ambiente de fiesta, con mariachi y marimba se entregaron constancias de propiedad a los locatarios.
Los mercados son centros de abasto que en este gobierno han tenido una atención especial en sus demandas.
La dignificación de los mercados ha sido una política de Juan Sabines, desde que ocupó la presidencia municipal de Tuxtla.
Los locatarios deben sentirse orgullosos de tener en el gobierno de Chiapas a un aliado que les ha demostrado cariño y compromiso.
Y la visita de ayer al mercado de Los Ancianos es una demostración de afecto, de cordialidad y de entrega.
--Tiene razón el peje, la alianza del PRD con el PAN es una gran traición, una vergüenza.
Y la única manera de legitimarla es que el candidato a la presidencia de la República sea el peje.
Así ni quien diga nada; todos contentos.
Sería como devolver el favor.
Y, la neta, amor con amor se paga.
--AVISO INOPORTUNO.
Se alerta a señoritas, señoritos, chulos y uno que otro apretadito a que se anden con cuidado, porque ante el anuncio del desfogue de presas para liberar agua, a algunos libidinosos les ha entrado las ganas también de desfogarse. Ahí lo miran si se descuidan y los deschiquitan.
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