abril 09, 2007

Confines, 10/Abril/2007

Remedo de caudillo


Víctor Hugo Zavaleta Ruiz, que gracias a la misericordia divina a los trabajadores de salud dejará la dirigencia de la sección 50 del sindicato próximamente, está aferrándose al hueso, como quien dice está aperrándose, al tratar de imponer como sucesor al doctor José Luis Díaz Selvas, para dejar todo en manos de un compinche, al ser coyotes de la misma loma, cochis trompudos del mismo chiquero o zopilotes de la misma parvada.
¿De dónde le viene el valor al pediatra para tratar afanosamente de dejar heredero en la secretaría general del sindicato de salud? No es valor, se trata de un cinismo exacerbado, de un abuso descarado de la buena fe de la base sindical, parsimonia que está a punto de reventar porque la mayoría ya está hasta el gorro de todas las arbitrariedades de Zavaleta Ruiz y su grupo que pretende enquistarse en la dirigencia sindical.
Ah, burro, entonces hay que preguntarle a Zavaleta ¿de qué sabor quiere su nieve de limón? Ni que los sindicalizados estuvieran mancos o en verdad les guste la mala vida, para permitir que el doctor José Luis Díaz Selvas se quede en lugar de quien, a decir de los propios sindicalizados, sumió al sindicato en tres años de conflicto, tres años sin provecho, en la oscuridad, en la perdición, lo ha dejado sin rumbo ni proyecto ni metas.
Ni los trabajadores del sector salud son desmemoriados ni Víctor Hugo Zavaleta Ruiz un dirigente sindical por el que valga la pena cortarse las venas. La única verdad es que el rechazo a su presencia en el sindicato es creciente y sus ambiciones por imponer a nuevo líder sólo harán que explote la bomba de tiempo en ese sindicato y exponga la buena marcha del nuevo gobierno que ha retomado el compromiso de dignificar la salud estatal.

--Con tal de defender a su bueno pa’ nada Memo Escobar Farrera, Milito Zebadúa está tirando chingadazos para todos lados.
Se la trae contra Jorge Pérez, líder de la 40 magisterial, y contra Sonia Rincón Chanona.
Ahora resulta que Milito, el grandísimo chaquetero a la historia, a la izquierda y a Pablo Salazar, acusa de traidores a ambos maestros.
Eso es no tener poquita vergüenza ni máuser.
Por eso Milito es un huérfano miserable, con una vida política sórdida.
De ahí que ni siquiera se sonroje al decir que Sonia Rincón o Jorge Pérez son traidores al movimiento magisterial.
Para que se lo sepa Milito, Sonia Rincón y Jorge Pérez han sido líderes que se rajan el cuero por su gente.
No andan como calzón de prosti pa’rriba o pa’bajo ni vendiéndose al mejor postor.
Si algo quiere aprender Milito de este par de líderes magisteriales es la lealtad a Elba Esther Gordillo, aunque ésta sea un ogro.
Lealtad y gratitud, dos cosas en la vida que Milito no tiene ni tendrá, como dice don Teofilito.
Tan carece de esos valores que pronto se verá quién traiciona a quién.
Si Sonia Rincón y Jorge Pérez, que le viven eternamente agradecidos a Elba Esther, o el chambista Milito Zebadúa.

--No cabe duda que la alcaldesa de Tuxtla, Chachita Pariente, posee una imagen política cálida, sencilla y de afectos directos.
Eso quedó demostrado ayer en el programa de radio de los compañeros Gabriel Reyes y Beto Ramos.
Por cierto, el mejor programa de debate y análisis político en la radio estatal.
Hay otros que quieren imitarlo pero no le llegan ni a los talones, porque el estilo de Gabriel y Beto es inigualable.
De entrada están despojados de la sospecha que tiene, por ejemplo, la radio oficial.
Con esa libertad ayer tuvieron de invitada a la presidenta municipal de Tuxtla Gutiérrez.
Fue una participación espléndida de Chachita Pariente, cuya presencia saturó el teléfono con tantas llamadas.
Todo mundo quería saludarla y felicitarla por su gestión al frente del ayuntamiento de la capital.
Muestra palpable del trabajo como alcaldesa, pero también del afecto como ser humano.

--¿No que los pablistas habían quedado muy pagudos y hasta traen guaruras al por mayor?
Ayer fue visto el exvocero de Pablo Salazar, el parco David Tovilla encaramado en una motocicleta.
No llevaba ni casco, mucho menos una retahíla de guaruras.
Con riesgo se pegara su arrastrada y le cargara la tiznada.
Iba colgado en la parte trasera de la moto exponiendo su vida en las transitadas calles de Tuxtla Gutiérrez.
¿Andará entrenando para convertirse en repartidor de tortilla en motocicleta?
Porque no vaya a creer que era una moto Harley Davidson en la que iba.
Era una motoneta destartalada que echaba más humo que las ladrilleras de la ribera de Cupía.

--José Alberto Soto escribió al confinero para exponer un tema que la neta encabrona.
¿Nadie puede hacer nada con la bola de güevones que limpian parabrisas y exigen dinero en los cruceros?
Son abusivos, groseros y hasta le golpean el coche o de perdis le mientan la madre a quien no le da dinero.
Sobre todo se pasan de lanza con las damas que viajan solas.
Es una maldita plaga eso de los limpiaparabrisas en los cruceros y ni siquiera son lisiados.
La mayoría de ellos están bien galanotes que pueden ganarse la vida de peones, jardineros, estibadores o columnistas.
Hay unos viejos burros que se han pasado toda su vida dando lástima, lucrando con su orfandad callejera.
Urge un operativo para librar los cruceros de la ciudad de vagos que piensan que todo mundo tiene la obligación de darles dinero.
Si tanto es su gusto de drogarse, entonces que se partan la máuser trabajando como cualquier otro cristiano.

--Calladita la boca, Felipe Granda anda haciendo los amarres necesarios para competir por la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.
Al día siguiente que se registró como precandidato del PAN a la presidencia, fue llamado a Los Pinos.
Agarró su avión y voló directo al DF, donde se entrevistó con César Nava, secretario particular de Felipe Calderón.
También se entrevistó con Juan Camilo Mouriño, jefe de la oficina de la Presidencia.
¡Nadita!
Fue llamado para hablar de política, no para preguntarle los precios de las telas en Almacenes Granda.
No es gratuito que sea llamado a Los Pinos, porque tienen muy claro que con él pueden recuperar la capital de Chiapas.
Felipe Granda es bonachón, es sincero, honesto y empresario exitoso, cuya experiencia puede repetir en la alcaldía.

--En plena Semana Santa el alcalde de Tapachula, Ángel Barrios Zea, se ocupó de supervisar el operativo de seguridad.
No se desentendió de su responsabilidad y personalmente estuvo al tanto de la protección de vacacionistas.
Fueron unas vacaciones tranquilas para las miles de personas que llegaron a Playa San Benito, Las Escolleras y Playa Linda.
Barrios Zea demostró una vez más que su responsabilidad como alcalde no tiene descanso.
Es de tiempo completo y eso lo reconoce la población.

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