febrero 04, 2007

Confines, 05/Feb/2007

Cinco y contando


A José Antonio Aguilar Bodegas, de acuerdo a la fecha que fijó en una carta pública, le quedan cinco días para que por su propio pie, su propia decisión y por su propio bien abandone el estado y deje a los priístas en libertad de definir su futuro político, al menos, en el proceso electoral de este año. Tiene, pues, hasta el sábado para terminar de hacer maletas e irse como lo ha prometido abiertamente y acabe la etapa de choque en el PRI.

De no cumplir con su palabra e irse en definitiva de Chiapas, Aguilar Bodegas añadiría a su imagen de vengativo, puteador y bipolar, el calificativo de mentiroso público, en un afán de seguirle tomando el pelo a los priístas y en general a los chiapanecos. Ya dio su palabra y fijó su propio plazo, ahora sólo le queda cumplir. A menos que haya sido un recurso para distraer y ganar tiempo, como ha sido todo este período del joseanismo.
Su presencia en el PRI no le hace ya bien ni a ese partido ni al mismo José Antonio Aguilar Bodegas. De ser quien dijo ser: el elegido, el único que recuperaría la gubernatura, el factor de unidad, se ha convertido en un estorbo para el PRI y está más que demostrado que su ambición desmedida de tener secuestrado al CDE priísta únicamente le mina su estado físico y emocional, además que deteriora su poco capital político que aún le queda.
El sábado es el plazo establecido por Aguilar Bodegas para irse. Ese día, de cumplir con su palabra, acabará el falso discurso de que su estancia en Chiapas era lo mejor después de la derrota. Concluirá este lapso de venganzas, exclusiones y resentimientos que ha llevado al PRI a un ambiente de división interna, donde lo que se impone es el odio del candidato perdedor en una persecución y expulsión de sus enemigos.

--La Nana del Conde Pátula del Verde Ecologista, que ya se sienta la próxima alcaldesa, pasó una vergüenza el viernes pasado.
Como anda en plena campaña por la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez aprovecha cualquier pretexto para promocionarse.
El viernes se colgó de la virgen de La Candelaria, valiéndose de que por todas partes hubo fiesta, trago y cohetes.
La Nana ecologista llegó a la colonia Los Laguitos donde hubo feria con coronación de Reina y toda la cosa.
La reina de La Candelaria era una niñita muy mona que estaba feliz de ser elegida como Su Graciosa Majestad.
Pero su felicidad acabó tan pronto vio a quien le habían dado el honor de coronarla.
Estalló en llanto y salió despavorida.
Todo mundo se dio cuenta del origen del espanto de la niñita reina, pero todo mundo se hizo el desentendido.
¿Pero qué niña tan rara?
¿Será que se engentó y por eso se puso a llorar como loca?
¿Le habrá asustado la responsabilidad de llevar la distinción de reina de La Candelaria?
En fin, especulaciones había muchas, pero sola una verdad:
La diputada asusta…
…por sus temerarias aspiraciones.

--Beatriz Paredes realizará mañana una intensa gira por varias regiones del estado.
Vendrá a reafirmar su liderazgo entre los priístas chiapanecos.
No hay duda que ella tiene la simpatía y el respaldo de la militancia priísta.
Como tampoco hay duda que de parte de las huestes de Aguilar Bodegas, los dados están cargados para Jackson.
Por eso la elección interna será la candidata de las bases contra el candidato de las cúpulas.
Enrique Jackson no tiene nada que hacer frente a una Beatriz Paredes que desayuna, come y cena política.
Por donde se vea es mejor prospecto que Jackson y toda la bola de ilusos que aspiran a la dirigencia nacional.

--Dice Kánter que Mariano Palacios Alcocer no tiene palabra.
Lo dice porque Mariano había prometido que no habría más expulsiones, pero todo fue mentira.
A Kánter ya le cantaron las golondrinas, pero él prefiere Cruz de Olvido.
Le notificaron su expulsión y está que no lo calienta ni el sol.
¿Pero cómo se fue a confiar en Mariano Palacios Alcocer si todo mundo sabe de qué pata cojea?
Tiene razón Kánter, Mariano no tiene palabra de hombre, lo que tiene es un final pestilente.

--El alcalde de Las Margaritas le apodan el camarón y bien ganado se lo tiene.
El confinero, al igual que muchos, creyó que le apodaban el camarón por su aspecto rojizo, colorado, chiliano.
No, no es por ahí la cosa.
Le dicen el camarón porque en lugar de cerebro en la cabeza alberga otra cosa.
No es masa encefálica ni cosa que se parezca, es la vil caca.
Sólo a alguien así puede pensar que por ser alcalde ya puede pedirle las nachas a cuanta vieja se le antoje.
Y lo hace de la forma más corriente, a cambio de apoyarlas con su organización campesina, la CIOAC.
Eso pasó recientemente con una funcionaria del sector social a quien condicionó de prestar o atenerse a las consecuencias.
Lo que nunca imaginó semejante depravado es que la dama cayó pa’rriba.
Y todavía tuvo el descaro de impugnar el nombramiento de la dama, arguyendo pendejada y media.
¿Qué pasará pues por su cabecita retacada de excremento?

--Una suburban rotulada con el nombre de Bob Esponja se pasea por todo Tuxtla haciendo campaña para el diputado.
Ha de ser una de las sugerencias del tronco de asesor de imagen que tiene el diputado priísta.
Ese asesor es nada menos que Saraín Gutiérrez, el famoso zope del barrio San Roque.
Bajo su tutela Bob Esponja sueña con ganar la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez.
Sólo es cuestión que entre su planilla Bob Esponja lleve a Calamardo, Patricio, Arenita y Don Cangrejo.

--Hoy en la finca El Zapote, en Cintalapa, se celebrará la tradicional carrera de caballos de la Feria de la Candelaria.
La novedad es que correrá el caballo El Corralejo, propiedad del alcalde de Simojovel.
Por culpa de este caballo el pueblo de Simojovel sufre el abandono e indiferencia de su presidente municipal.
Para Ramiro Gómez no hay amor más grande que el condenado animal; la gente le importa un carajo.
Por su caballo da hasta la vida, pero por sus gobernados no es capaz ni de dar audiencias.
Pa’ que vean cuáles son las prioridades de unos alcaldes.

--Gabriel Gutiérrez Ávila, secretario de Pesca, se acaba de meter en un enredo al despedir a un montón de empleados.
Por sus benditos testículos ordenó correr a una veintena de trabajadores, entre ellos a jefes de área.
Ni siquiera les notificaron el despido, simplemente retiraron sus tarjetas del reloj chocador.
Una forma muy grosera de deshacerse de colaboradores no deseables.
Lo peor es que no hay motivos convincentes para haberlos corrido, sólo porque a Gutiérrez Ávila le pegó su gana.
Por ese hecho, sin explicaciones ni sustentación administrativa, los empleados ya pusieron una demanda laboral.
Es decir, ya ganaron el juicio.

--Lea la columna Confines en www.jjbalcazar.blogspot.com y escriba al confinero a jjbalcazar@hotmail.com

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