La capital de Chiapas se ha convertido en la plaza electoral emblemática en cada contienda electoral para elección de presidente municipal. Es donde se concentra la atención y el interés de los partidos, los aspirantes y el gobierno. No es gratuito. Tuxtla Gutiérrez representa el mayor número de votantes concentrados en un solo municipio y es donde la proyección política adquiere impulsos inesperados, para florecer o enterrar a políticos.
Aun cuando el actual gobierno municipal pertenece al PRI nadie da un centavo para apostar que en octubre de este año se ratificará la permanencia de ese partido en el poder. Sobre todo porque el único que ha demostrado interés (y tiene el respaldo del autoritario delegado nacional del PRI) no levanta ni representa nada frente a la coalición en el poder estatal o ante una eventual alianza más amplia que incluya al Verde Ecologista.
El problema de la coalición gobernante en el estado es definir a quién dejar de candidato. Tiradores hay muchos, pero no todos garantizan popularidad, capacidad, compromiso y lealtad al gobernador Juan Sabines. Es ahí donde surge la duda y donde algunos oportunistas miran la posibilidad de colarse aunque no encarnen ni rectitud ni tamaños para ganar la contienda y gobernar la ciudad como exige la población en el nuevo tiempo.
Otro de los temas a resolver es la alianza del Verde Ecologista. ¿Lo hará como lo hizo en el 2001 con el PRD y PT postulando a Carlos Morales o se doblará por el lado del PAN para llevar de candidato a Felipe Granda? ¿O se irá por la libre con Flor Coello que sufre del mismo mal de Enoch Araujo, quien al perder vergonzosamente en la elección pasada salió de su error dándose cuenta que nomás había sido producto de una coyuntura?
--Una cosa debe quedar claro en Chiapas, Juan Sabines no es el cachorro ni es el retoño ni es heredero de Pablo.
Simplemente es el gobernador del estado.
Es el chingón que supo jugar sus canicas y supo ganar en las urnas a quien decía que nadie podía competirle.
Es un gobernador joven, fuerte, con más colmillo del que creen sus amarra navajas.
Es un gobernador que no está en palacio de gobierno por casualidad, está ahí porque construyó la mejor oferta política.
Tan es así que ha iniciado un gobierno a tambor batiente con programas auténticos de justicia y dignidad.
Ha arrancado, en retrospectiva sexenal, incluso más fuerte y firme que su antecesor.
Por eso, andar zopiloteándolo a dos meses de su gobierno es incurrir en un exceso e irresponsabilidad.
Es exponer imprudentemente a colaboradores suyos que deben estar implorando “no me ayudes, compadre”.
Sabines es el hombre más informado en Chiapas y es quien mejor sabe de qué pata cojean sus aliados y adversarios.
No hay que pasarse de vivo entonces aduciendo que desde algún escondrijo el exgobernador mueve los hilos de la desestabilización.
Eso no es infantil, sino grotesco.
¿Cómo puede pretenderse inducir la idea que Pablo quiere tirar a Sabines de la gubernatura?
Es absurdo.
Pablo, teniendo todo el poder, no tiró a Sabines ni cuando era candidato, menos ahora que el gobernador es Sabines.
Lo curioso es que los mismos que dicen que Pablo está detrás de la estrategia de derribo, son los que en campaña acusaban a Pablo de imponer a Sabines.
¿Ydai, en qué quedamos?
--Usted, al igual que un montón de gente que no tiene nada que hacer, se preguntará cómo es que Martha Flores llegó al Instituto del Deporte.
Seguramente de chiripa, como cuando fue candidata a diputada por el Verde Ecologista en el Poniente de Tuxtla en 2001.
En esa ocasión llegó a la candidatura de puro albur, por una equivocación sorprendente.
Carlos Morales, que era el candidato a alcalde por la Coalición por un Gobierno Diferente (PRD-PT-PVEM-CD), dio una orden.
A ver, tráiganme a Martha para hacerla candidata a diputada por el Verde en el distrito poniente.
Presuroso uno de sus operadores fue en busca de Martha y al cabo de un rato regresó con Martha Flores.
¿Por qué trajeron a esta Martha?, preguntó sorprendido Carlos Morales.
La Martha que yo mandé a traer, dijo, es Martha Aguilar Jiménez, presidenta de la Fundación para la Protección de la Fauna Chiapaneca (Fauchi).
Pero qué podía hacerse ya si a Martha Flores le habían dicho que iba a ser candidata a diputada por el Verde.
Incluso, llegó ante el candidato a alcalde con su carpeta bajo el brazo conteniendo todos sus documentos.
No quedó otra que inscribirla como candidata en lugar de la presidenta de Fauchi.
Así pudo haber llegado al Instituto del Deporte ahora.
El confinero la recuerda como réferi de partidos de Voleibol en el CREA de aquellos años.
Y la recuerda porque era (es) hermana del cóndor, quien hacía ronda con el abuelo, el largo y el garrobo en el Infonavit Grijalva.
El cóndor era amigo del confinero cuando éste ni siquiera imaginaba que iba acabar en la mala vida de columnista.
A su regreso del norte, el cóndor se metió de taxista sin conocer la ciudad que había crecido aceleradamente en su ausencia.
Una noche recogió a las afuera de la catedral del baile a una pareja de calenturientos.
El lujurioso pasajero, para que la dama no oyera adónde la llevaba, se acercó al oído del cóndor y le dijo quedito:
Lléveme al motel El Sumidero.
El cóndor, desconcertado, empezó a rodar el taxi sin rumbo definido.
Luego de un rato de dar vueltas, no le quedó más que preguntarle al pasajero que ya llevaba hasta las manitas a la dama.
Oiga, ¿dónde queda el motel El Sumidero?
--Una vez que ya pasó la fiesta de Chiapa de Corzo habrá que resolver la dirección del Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo.
Ya varias voces de Chiapa se han pronunciado por que dicho nombramiento recaiga en Genaro Camacho Pérez.
La neta sería una chingonería que el maestro Alfredo Palacios, director del Coneculta, accediera a esa petición.
Genaro es un productor de video y promotor cultural de toda la vida.
Conoce los laberintos de la vida cultural y sería una extraordinaria designación.
Además tiene el sello de chiapacorceño y como buen culo pinto estaría comprometido a echarle ganas.
Todas las ganas para sacar adelante los trabajos culturales del Exconvento de Santo Domingo.
De no hacerlo estaría a una cuarta de caer en la boquita de los chiapacorceños.
No es cualquier cosa, son muy argüenderos.
Si no cree lo de argüenderos, nomás mire al confinero que cuando le confiesan un secreto dice “soy una tumba”.
Pero una tumba con altavoz para divulgar los secretos más guardados de la vida pública.
Ojalá se haga caso al planteamiento de los paisanos jonís moteado para nombrar a Genaro Camacho en el Exconvento.
Ah, por cierto, saludos a la tía Florona Balcázar de ca’Chiapa.
--Lea la columna Confines en www.jjbalcazar.blogspot.com y escriba al confinero a jjbalcazar@hotmail.com
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