noviembre 06, 2006

Confines, 06-Nov-2006

Reacomodo perredista


La elección de Carlos Esquinca como líder del PRD en Chiapas muestra los signos de un partido que se está adecuando a los tiempos de verdadera política, dejando atrás aquellos esquemas de violencia y el estigma de partido garrotero. Ya era necesario dar el salto, para pasar de liderazgos tiliches, caitudos y vergonzantes (como el que planteaba el tal Margarito Ruiz) a otros que ofrezcan respeto, unidad y operación eficaz en política.

El consejo donde se eligió a Carlos Esquinca tiene el aval de todos los grupos al interior del PRD, incluso del grupo que candidateó al tal Margarito. No pueden salir ahora con mamadas, como la que está armando el delegado cochitronix Miguel Barbosa, de dar por bueno el consejo balín que los margaritos se sacaron de la manga cuando cayeron en la cuenta que sus números no le alcanzaban para quedarse con la dirigencia del PRD.

La voluntad mayoritaria del perredismo chiapaneco ya marcó el nuevo rumbo de ese partido y querer regresar a los viejos y malos tiempos de tapar caminos, de tomar edificios, retener a funcionarios o chantajear con movilizaciones, es tanto como negarse a la realidad que exige una participación política decidida, comprometida y dentro de la ley. ¿A qué le apuestan entonces los que pretendían imponer al falso indígena Margarito?

Con Carlos Esquinca en la dirigencia del PRD, y con el consenso de todos los grupos perredistas, las posibilidades de ese partido para contender y ganar en las próximas elecciones locales, se acrecentan y abren nuevas oportunidades para foguear a los cuadros políticos jóvenes que se le han negado espacios o todavía no han ingresado al PRD por considerarlo un partido violento. Ésta es, pues, la oportunidad de despegar como partido.

--Ora sí que de reversa, mami, es como va el obispo de Tuxtla, Rogelio Cabrera, en su activismo político que hizo a favor de Josean.

Él fue uno de los operadores que el PAN puso a las órdenes del PRI en su pecadora alianza.
Se le iba la boca hablando de elección de Estado, de imposiciones y otras linduras que un obispo no puede decir en voz alta,
Al paso del tiempo, de derrota tras derrota de su gallo (en las urnas, en el IEE y en los tribunales electorales) no le queda más que recular.
Ese recule obispal de don Rogelio Cabrera se puede apreciar ya en sus declaraciones.
No son tan tronantes ni amenazantes, simplemente testimoniales.
Pero ¿quién chingaos lo manda andarse metiendo entre las patas de los caballos?
Como si no supiera el mensaje Urbi et Orbi del Santo Padre que dice “machete, mejor estate en tu vaina”.

--No cabe duda que el actual ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez ha dado de todo y para todo.
De ahí salió el próximo gobernador.
De ahí surgió la mejor presidenta municipal de toda la historia de la capital de Chiapas.
De ahí mismo saltó a la fama un loquito que le hicieron creer y se sintió alcalde sustituto de Sabines.
De ahí también salió otro loquito que con reverencias se dirigía al otro loquito que se sentía el mero presi.
De ahí “mesmamente” salió la lidereza del PRI tuxtleco que se fue de boca contra Sabines y Chachita Pariente.
De ahí salió chispada la locutora que, siendo empleada del ayuntamiento, madreaba al ayuntamiento.
De ahí salió el nuevo líder estatal del PRD, electo el sábado con todas las de la ley.
¿A poco no es un ayuntamiento para pasar a la historia?
Unos pasarán por sus logros políticos y otros por sus ambiciones y resentimientos.

--Milito Zebadúa declaró el otro día que Sabines debe, como primer acto de gobierno, marcar su distancia con Pablo Salazar.

Piensa Milito que todos son iguales a él, de malagradecidos.
Piensa Milito que Sabines es ingenuo para comprarle su odio hacia el gobernador.
Ni que tan bonito estuviera.
La ingratitud manifiesta de Milito no la puede endosar a nadie, es suya, es su condición de desagradecido.
Romper con Pablo sólo porque es el insano deseo de Milito, más que una línea política es una auténtica y soberana mamarrachada.

--La secretaría de Educación en un pueblo tan jodido y con una medianía tan expresa, como el nuestro, es de vital importancia.
No hay que verla, entonces, como botín político, cuota de poder ni como producto a mercadear.
Hay que ver a la secretaría de Educación como el instrumento para sacar de jodidos, desde mero abajo, a los chiapanecos.
No puede por tanto ponerse en manos de cualquier pelafustán esa instancia de gobierno.
Y menos si ese pelafustán responde a los intereses charros del magisterio.
O, peor, si pertenece a una de las expresiones más indignas del entramado político.
¿A quién píctes se le ocurre que Herminio Chanona puede ser el próximo secretario de Educación?
¿En qué cabeza cabe?
Chiapas, no hay que olvidarlo, tiene la expresión del magisterio democrático, incluso radical.
¿Aplaudirán estos maestros el arribo de un mediocre y bueno pa’ nada a la secretaría de Educación?
¿Quién le extenderá una carta de recomendación a Herminio Chanona?
¿Lo hará Lupita Rovelo? Ni que estuviera loca.

--Ya ni gracia, el pinche confinero está más confundido que antes del 20 de agosto.
Según el confinero quien ganó la gubernatura fue Sabines, al menos eso dijeron las urnas y los órganos electorales.
Pero a juzgar por las listas de aspirantes a un cargo en el gabinete, tal parece que quien ganó fue Aguilar Bodegas.
En las filtraciones hay más joseanistas.
Ya candidatearon al zope Boni, al tartajo César Amín González, al chato Ortiz y a Bobby Domínguez.
También han incluido a Sir Julián, a Rubencito Armendáriz, Blanca Ruth Esponda y a Lugardo boca chula.
¿Ydai? ¿Quién va a poner los funcionarios? ¿Sabines o Josean?
De todos estos nombres filtrados ninguno habría tenido la mínima oportunidad ni en el gobierno de Josean.
Cuantimás en el gobierno de Sabines.

--El sábado en el intento de recuperación de la CTM, Saúl Martínez se topó con su mero padre.
Manuelón Escobar le puso tremenda revolcada y corrida que no olvidará Saúl por el resto de su vida.
Llegó muy machito el mamey de Saúl pero cuando vio las huestes de Mimiaga hasta cus cus le hizo su jonisito.
Iba a ordenar la retirada cuando se armaron los riatazos.
Manuelón Escobar tiró chingadazos para todos lados y en uno de esos le rompió la trompa a uno de su fila.
Perdoná, hermanito, le dijo, es que tenés toda la mascarota del Saúl Martínez.
Burro, mejor chucho, le respondió el otro con la jeta ensangrentada.

--A uta, ya cualquiera ser rector de la Unach, como si serlo fuera nomás cosa de decir yo quiero y listo.
Una cosa es que Ordóñez lo haya sido por una distracción fatal del destino y otra que ya sea la regla.
La Unach y los universitarios se merecen una oportunidad de corregir el rumbo.

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