junio 22, 2007

Confines, 22/Junio/2007

El petate del muerto


¿Se acuerda usted del episodio de Carlos Ahumada donde involucró a René Bejarano, Ímaz y Ramón Sosamontes, a quienes utilizó para chantajear a López Obrador y al final él fue el más afectado y quien terminó en la cárcel? Pues algo similar está ocurriendo en el STAUNACH, donde Israel Castillo Noriega no midió los alcances y consecuencias de su pretensión en relación con los terrenos de 312 particulares que reclama como suyos.

Asesorado por un huizachero de apellido de los Santos y por un frustrado político que se hizo de mulas, Pedro, cuando metieron al bote al Bety (el mampo más famoso de Tuxtla en los dorados años de los setenta), el secretario general interino del STAUNACH para presionar llevó al extremo el caso del fideicomiso que él suscribió, pero al igual que Ahumada solito se metió en un callejón sin salida y ahora anda dando patadas de ahogado.
No sólo está inmerso en un problema legal, sino que ha arrastrado al sindicato administrativo de la UNACH a una confrontación estéril con medio mundo y todo por perseguir ambiciones personales que nada tienen que ver con los derechos labores o el bienestar de sus agremiados. Pero eso, está más que claro, pasa cuando se impone a un líder que es tan despreciable y farsante como los que el propio Israel acusa y son sus antecesores.
¿Por qué no dice la verdad a los sindicalizados? ¿Por qué los está utilizando para su propio fin? ¿Por qué ha tomado el tema de los terrenos como bandera de chantaje? ¿Acaso está buscando perpetuarse en la dirigencia sindical? ¿Qué negocios se trae con Néstor Escobar y Salvador García Gálvez? ¿Por qué culpa al fiscal Mariano Herrán de tortuguismo y a Morales Messner, secretario de Gobierno, de no hacer nada? Es hora de decir la verdad.

--Ha resultado tan menor Gabriel Gutiérrez Ávila como secretario de Pesca que hasta el gobernador debe haberse olvidado que existe.
Nadie sabe de él, ni los pescadores.
Se perdió en el mapa político estatal y acabó por enterrar una secretaría que el sexenio pasado vivió momentos de gloria.
Pero, obvio, en ese tiempo estuvo en manos de un experto en la materia, un servidor de catego.
No que ahora, al titular de Pesca solamente le falta mugir. ¡Ni que fuera vaca!
No cabe duda que ha sido uno de los peores desaciertos en el respeto de cuotas con el PRD.
Y como Gabriel Gutiérrez Ávila es como la caca de loro ni siquiera lo han llamado a cuentas.
Pero ojalá este comentario llegue al gobernador y se acuerde que en Tonalá hay una secretaría descabezada.
Que así como ha evaluado el trabajo y se ha percatado de la ineptitud en otras áreas, también le mida el agua a los camotes en Pesca.
Es justo y necesario, los pescadores se merecen un secretario que los atienda y resuelva.
Seguro que nadie quiere un engreído y bueno pa’ nada como Gutiérrez Ávila.

--¿Se acuerda de aquel juez que interrogó a Ksheratto en el penal de Cerro Hueco la primera vez que lo entambaron?
Pues ese juez, que ahora es magistrado, ya lo removieron para acabar con sus privilegios.
Después de someter a Ksheratto a un interrogatorio exageradamente exhaustivo, fue ascendido a magistrado.
Fue tan profunda la interpelación que hasta le preguntó a Ksheratto la talla de las chichis de la enfermera que lo atendió cuando nació.
¿Color de pezones?, prosiguió.
Ah, uta, contestó Ksheratto, ni que tuviera yo ojo biónico.
Desde entonces no se supo de él, hasta ahora que fue despojado de sus privilegios y enviado a Comitán.
Que vaya a desquitar la chuleta, que devengue el salario o, en una excepción de dignidad, renuncie.
¿Tendrá los coyolitos bien puestos para entender el mensaje?

--Otro que debería ahuecar el ala, ya no por digno, sino por rancio, es José Gregorio Rodríguez Santiago.
Es un anciano libidinoso que en los tiempos del Tremendo Juez se pavoneaba como el más influyente.
Y como tal no había mes que no solicitara su préstamo de sueldo adelantado, lo cual era concedido ipso facto.
Pero esos gloriosos tiempos ya pasaron y ahora debe conformarse con inscribirse en el programa Amanecer.
Que se consuele con sus quinientos pesitos mensuales y que dé gracias de la generosidad del gobierno actual.

--Cuentan que la semana pasada y ésta ha habido de todo en la Magistratura Superior del Estado.
Por ejemplo dicen que la que se soltó en llanto cuando la corrieron fue la famosísima secre particular del Tremendo Juez.
Aurora Ruiz Niño, con el cachete embarrado de rimel de las pestañas y moco, aclaró que no lloraba por el sueldo.
Lloro, dijo, por la nostalgia de ya no ver todos los días a mi jefecito Milton Escobar Castillejos.
Ahora, explicó, tendré que ver el programa del Chavo del Ocho para consolarme con mirar los cachetes de Kiko.

--Al que no pueden ver en Yajalón es a la Coqui Utrilla, que dicen que cuando está pedo se le mete un espíritu mampo.
Que cuando fue presidente de la comisión del Café se dedicó a pasear y nunca hizo nada por los cafetaleros chiapanecos.
Que por eso hoy no puede pararse en ningún municipio del norte selva porque se la cantan bonito.
En todos lados le recuerdan a su santa mamacita que no tiene la culpa de haber traído al mundo semejante alimaña.
Que es un convenenciero porque a Sabelino y al profe Diego Vázquez, de Paz y Justicia, sólo los utilizó.
Únicamente los buscaba cuando quería su apoyo para ser diputado federal, pero ahora que están en El Amate ni los pela.
O el caso de Oscar Alpuche, el chuchín, que fue su perrito faldero y tiro cuando dejó de serle útil.
¿Dónde está la gratitud?

--Por cierto, los yajalontecos se preguntan ¿cuándo va a pagar el elote la deuda de Unión de Crédito?
¿Que cómo se atreve a hablar que va a encabezar un gobierno honesto cuando es toda una fichita?
Que tanto el elote y la Coqui son como dice la Paquita la del Barrio, ratas de dos patas.
¡Tronco de candidato impuso el PRI en Yajalón!

--Miguelito González, vividor del PRD, puede meter en un gran problema internacional al gobierno de Chiapas.
Y que ni se haga el sorprendido ni ande diciendo como Pedro Fernández “manda todos a volar y diles que yo no fui”.
Sus huestes de la CIOAC invadieron una fracción de La Yerbabuena, en Pueblo Nuevo Solistahuacán.
Pero resulta que ese predio es propiedad de la Congregación Mundial de la Iglesia Adventista, de Estados Unidos.
No se trata simplemente de una incursión a cualquier terreno, sino una invasión internacional.
Algo así como la que hizo Pancho Villa a Columbus, pero con la diferencia que Villa era un cuatrero mimado por Estados Unidos.
En cambio, Miguelito es un forajido que piensa que por chaparro pasa por muchachito malcriado.
¿No se da cuenta en el problemón que está metiendo al bombón Cal y Mayor con los yunaites?
Obliga al canciller zoque a echar mano de su perfecto inglés y dotes de diplomático.

--Lea la columna Confines en www.jjbalcazar.blogspot.com y escriba al confinero a jjbalcazar@hotmail.com

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