Confines 4/Enero/2012

El aprendizaje
 
Si algo queda claro en estos cinco años de gobierno de Juan Sabines es que la unidad en torno a los problemas y grandes retos del estado es esencial para conjurar los males, trabajar en un solo frente, salir adelante y sentar las bases para un desarrollo por mucho tiempo aplazado, cuya demanda histórica de combatir la pobreza ha encontrado eco en esta administración e incluso se ha incluido en la Constitución Política del Estado como mandato y como instrumento rector de largo alcance que traspase el tiempo.
Vale la mirar y reconocer el esfuerzo y la enseñanza de mantener la unidad en el interés superior de los chiapanecos, sobre todo ahora en este año en que habrá jaloneo electoral, donde lo político, el empecinamiento y la ambición puede trastocar lo esencial, que es la tranquilidad, el desarrollo, la estabilidad, la paz y el futuro del estado y los chiapanecos, cosa que se ha logrado con mucho esfuerzo, que no es menor, y que, en caso de perderse, podría costar mucho tiempo y dinero reconstruir para retomar el rumbo.
Queda claro que la dinámica del odio, la ruta de la venganza, la feria de agravios o la obnubilación política a nadie conviene: ni a los partidos ni a las instituciones ni a los chiapanecos. Por ello, el proceso electoral de este año, más que ser elemento de discordia, confrontación o fragmentación, debe ser instrumento para el encuentro y para afianzar el progreso, el paso ascendente en la escala de bienestar de las familias chiapanecas y quien proponga lo contrario debe ser condenado y rechazado.
El sexto año de gobierno debe ser el de la culminación de proyectos, sin que la elección interfiera en el desarrollo de las acciones de gobierno ni éste se distraiga por las contiendas políticas, que como tal deben ser un diálogo abierto y cercano a la gente, para tener el pulso de lo que la gente quiere, lo que la gente no quiere y de lo que la gente piensa que debe ser el destino de Chiapas como hogar y como horizonte, porque un diálogo de sordos o un monólogo serían estériles en una sociedad ávida de hacerse oír.
 
--Frente al año electoral, el diputado federal Sami David refirió con atino a que es necesaria la reivindicación de la costa y llamó a recuperar la esperanza perdida.
Conste, convocó a rescatar la esperanza perdida, no la esperanza recluida.
Hay mucha diferencia, un mar de fondo.
La esperanza perdida es aquella que se perdió en las elecciones del año 2000.
La esperanza que se prostituyó y degeneró en la pelancha.
¿Se acuerdan?
Esa es la esperanza perdida.
En cambio, la esperanza recluida es aquella que está en Huixtla, guardadita, bajo sombra.
Queda claro que Sami no está hablando de sacar de la cárcel a esa pelancha, sino de recuperar la esperanza que se quedó en demagogia.
 
--La neta tiene razón Sami David, porque muchos se fueron con la finta de la esperanza y así les fue esos seis años.
Les fue de la tiznada.
Hubo quienes hasta llegaron a gritar “devuélvanme mi voto para dárselo a Sami”.
Obviamente eso les costó enfriamiento político seis años.
Muy pronto lo que se ofertó como la esperanza degeneró en desilusión e, incluso, en pesadilla.
Aquiles Espinosa lo retrató muy bien en lo que fue su último discurso como líder estatal del PRI.
Muchos recuerdan su discurso incendiario, certero y provocador en el cine Alameda.
Eso le costó la presidencia del CDE del PRI.
Contenía su discurso verdades que calaron hondo.
Verdades que, decían en el primer tercio del gobierno que se ofertó como la esperanza, la desilusión era ya generalizada.
Justamente a esa esperanza se refirió Sami David en su llamado a recuperarla para darle a Chiapas una nueva oportunidad.
La esperanza en construir un destino más grande y más digno para todos, pero entre todos.
Un esfuerzo colectivo, no faccioso ni que parta del resentimiento o la venganza.
Un esfuerzo que mire para adelante, no uno que mire hacia atrás para chingarse a los que se han ido.
 
--Se pasa al costo de los interesados.
Por ahí anda un mañoso de nombre José Luis Acuña Abadía, adscrito a una supervisoría de Educación Física en Chiapa de corzo.
Este ful-ano se anda pasando de listo.
Al saber a cuántos ha embaucado con el cuento de la venta de plazas de educación física.
No está demás investigarlo y sacarle toda la sopa.
Para más señas tiene su dirección en la quince oriente norte número 234 de Tuxtla Gutiérrez.
En otra entrega ampliaremos el tema y su modus operandi.
 
--En Chilón la burra no era arisca, sino la hicieron.
A la jabalinada les ha dado por amarrar como vil puercos a los regidores porque el ayuntamiento nomás no cumple.
Así que regidor o autoridad municipal que se aparece por alguna comunidad lo terminan maniatando.
Les aplican el famoso castigo de las plumas de jolote.
Este castigo consiste en que desnudan a los retenidos y los amarran de nachas paraditas, expuestas.
A la muchachitera les entregan unas plumas de jolote y éstos torturan a las víctimas haciéndoles cosquillas con las plumas en las nachas.
Al principio claro es jajá, jijí, pero al cabo de unas horas aquello es insoportable.
Así se las están aplicando para que se les quite los zalameros y mal cumplidos a miembros del ayuntamiento.
Y dicen que hay denuncias peores contra el licenciado Pajamatz.
Ay, Dios.
 
--En Chiapas hay asuntos que no se pueden detener.
Están el crecimiento en distintos rubros, la atención a grupos vulnerables y oportunidades de crecimiento, de las cuales gozan los jóvenes chiapanecos.
En este 2012, los chiapanecos como cada seis años estaremos en la encrucijada de elegir el destino que queremos.
Para ello, las ofertas políticas han comenzado a surgir en las diferentes corrientes.
Algunos han hecho carrera en la administración pública, otros en la academia, algunos más dentro del campo político.
De esta gama de opciones una será la carta a elegir.
Entre ellos, no hay que perder de vista a Jaime Valls Esponda, quien a lo largo de su trayectoria pública ha dado muestras de que querer es poder.
Ha sabido sobreponerse a cada uno de los retos que ha enfrentado.
Basta recordar la elección municipal del 2007 cuando enfrentó a políticos de larga carrera y los venció en las urnas.
Luego de un intenso trabajo en el que con voluntad, entereza y dedicación, Jaime Valls supo convencer a propios y extraños.
Y lo hizo demostrando que la política que acompaña a la capacidad, gestión, diálogo y sensibilidad, da buenos resultados.
Y es que Chiapas puede, así lo demuestra nuestra historia plagada de esos momentos.
En eso se basa la política de Valls, querer es poder cuando ante los retos uno se subleva para acometer con éxito lo que la vida plantea.
Los resultados se alcanzan cuando se tiene el orden y la planeación debida, cuando el método supera a la improvisación.
Sobre todo cuando la mejor decisión acompaña al mejor candidato.
Una decisión que finalmente es de todos los chiapanecos que quieren tener un Chiapas con desarrollo.
Y así lo ha dicho Jaime Valls, Chiapas puede, porque querer es poder.
Órale.
 
--El que de plano no conoce la vergüenza es Martín Ramos Castellanos.
No le queda claro que si alguna vez accedió al poder y comió con manteca, fue a la sombra de Rubén Velásquez.
Y esos tiempos, hasta el más bobo lo sabe, ya pasaron.
Martín Ramos es simple mortal, iluso, ingenuo o cínico.
¿De dónde saca que va a ser senador de la República?
Con todo respeto, que no mame.
Si tuviera tantita vergüenza, si conociera el rubor, debería esfumarse, desaparecerse.
Aplicar la máxima de Gala: Mejor me extraveo y digo que me perdí.
Porque además que no tiene ninguna posibilidad para llegar siquiera a candidato, no tiene ni chucho que le ladre.
Todas las tribus internas del PRD lo miran como apestado.
Y no es gratuito porque se ganó a pulso el rechazo de los compas del PRD.
Es que cuando estuvo en la mamazón se dio sus aires de grandeza y se olvidó de su origen.
Ahora que pretende volverse a colar, lo más natural es que lo manden mucho a la tiznada.
Ni modo que lo premien por haber sido un culey.
Pero como es cara de palo ha de resbalarle los desaires de los perredistas, porque hasta tiene propaganda electoral.
Es tan ignorante que sus lonas dicen su nombre, contienen el logotipo del PRD con la leyenda de Senador.
¿Sabrá en qué lío mete no sólo al PRD, sino a Andrés Manuel López Obrador que ahora no anda de rijoso, sino de amoroso?
¿Qué tiene de amoroso andar incurriendo en actos anticipados de campaña?
Bien dice el dicho: no tiene la culpa el indio, sino el que lo hizo compadre, ¿verdad Rubén?
 
--AVISO INOPORTUNO.
Se hacen cartas a los Santos Reyes. Apúrese que se agotan las ideas y los juguetes. Advertencia: No nos hacemos responsables por juguetitos pedidos que no se podrán cumplir.